DE NUEVO EN PRIMERA LÍNEA, EN EL PARLAMENTO Y CON LA GENTE

Han pasado poco más de seis meses desde que recuperamos el derecho legítimo de representar a los italianos de América del Sur en el Parlamento; el Senado al aceptar nuestro exhorto ha devuelto la dignidad al voto expresado por miles de electores y la legalidad a un derecho que ha costado sacrificios y largas batallas en las últimas décadas. Estos seis meses no han pasado en vano: al participar activamente en los trabajos del Senado, con votaciones, interrogaciones e intervenciones, ya hemos establecido un pequeño récord al superar en porcentajes de asistencia y productividad no sólo al senador expulsado sino también a sus demás colegas elegidos en América del Sur.

No uso el plural por vanagloria personal sino porque considero este resultado y este logro un éxito a compartir, fruto de una lucha realizada con el apoyo de cada uno de ustedes. Para honrar plenamente mi mandato recuperado, quise volver y encontrarme con la gran comunidad italiana que vive en América del Sur, que tengo el honor de representar: así que más de una vez tuve que encontrarme con la comunidad italiana de San Pablo en Brasil y Buenos Aires en Argentina, así como la de Montevideo en Uruguay, Santiago en Chile, y luego otra vez Porto Alegre , Florianópolis en Brasil, Rosario y Santa Fe en Argentina. Momentos ilusionantes pero también ricas agendas de trabajo político e institucional, para recuperar años de mandato perdidos y relanzar proyectos e iniciativas.

Junto al subsecretario del Partido Democrático Peppe Provenzano y el adjunto responsable de la organización del partido Eugenio Marino visitamos cuatro países sudamericanos para dar una fuerte señal de reanudación de la actividad política y del interés de Italia por nuestros compatriotas que viven en este continente. Un compromiso que llevaré a cabo personalmente con la pasión y la competencia que ustedes conocen y que son rasgos distintivos de mi carácter. La única forma de volver a poner a los italianos en el extranjero en el centro de la agenda política del gobierno y las instituciones italianas es involucrarlos en un gran proyecto de inclusión democrática y participación política.

Demasiadas veces nuestros conciudadanos, especialmente en América del Sur, han sido objeto de promesas y halagos cuando no utilizados de manera cínica e instrumental para apoyar movimientos que luego no hicieron nada por cumplir sus compromisos asumidos en la campaña electoral. Para evitar que tales situaciones vuelvan a ocurrir, necesitamos más información y por eso estoy librando una batalla para garantizar la libertad de expresión del único periódico que aún existe en América del Sur, «Gente de Italia».

Sin embargo, la información de un periódico no es suficiente, si no va acompañada de un esfuerzo de sensibilización y difusión por parte de cada uno de nosotros. Sólo así podremos garantizar también la presencia de una representación adecuada al tamaño y valor de la comunidad italiana residente en América del Sur en el próximo Parlamento, la mayor si tenemos en cuenta las decenas de millones de descendientes de italianos que hacen de este continente una proyección natural de Italia y Europa.  

Feliz lectura a todos y hasta pronto. 

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